Una práctica recurrente del Servicio de Administración Tributaria [SAT] en los últimos meses, fundamentada en los artículos 156-Bis y 156-Ter del Código Fiscal de la Federación, ha sido el embargo de cuentas bancarias de los contribuyentes, como un mecanismos para hacer efectivo el cobro de créditos fiscales firmes adeudados por éstos.
La rudeza y efectividad de esta actuación en contra del patrimonio de los afectados ha derivado en el planteamiento de la inconstitucionalidad de ambos preceptos, la cual en fecha reciente fue resuelta por la Suprema Corte de Justicia de la Nación [SCJN] en Amparo Directo en Revisión 422/2012, en el sentido de que dicha medida no viola la garantía de seguridad jurídica, pues no implica el ejercicio de una facultad arbitraria por parte del SAT, por dos motivos: una, porque las cuentas bancarias únicamente se embargan hasta por el monto del crédito fiscal adeudado, sin exceder éste; y dos, porque la actuación de las autoridades fiscales debe ceñirse al procedimento que sobre el particular se regula en aquellos artículos.
En la respectiva sentencia, la SCJN expresa que el embargo sobre cuentas bancarias “[…] se trata de un procedimiento sumarísimo de cobro de créditos, que encuentra sustento en su firmeza, los cuales por dicha característica hace que se equiparen a la de un título ejecutivo, por lo que su exigencia se realiza directamente sobre un bien fungible por excelencia, llamado dinero, o sobre derechos personales fácilmente realizables, como son los depósitos bancarios, seguros o cualquier otro depósito en moneda nacional o extranjera que se realice en cualquier tipo de cuenta que tenga a su nombre el contribuyente en las entidades financieras o sociedades cooperativas de ahorro y préstamo, o de inversiones y valores.”
Un nuevo batacazo a los contribuyentes por parte de la SCJN y otro punto a favor del SAT. Si los créditos fiscales son de suyo impagables, debido a frecuente determinación arbitraria de créditos fiscales adeudados y a la creciente magnitud mensual de los mismos por actualización y recargos (más multas y todo tipo de agregados), el embargo de sus cuentas bancarias, que paraliza por completo las operaciones de las empresas, literalmente representa una estocada mortal por necesidad.