La recaudación aumentaría entre un 14.5 y un 33.3 por ciento con relación a los ingresos tributarios actuales, siempre y cuando se evite el boquete que genera la evasión fiscal y el lavado de dinero, de acuerdo con el despacho Pérez de Acha e Ibarra de Rueda.
“El combate a la evasión fiscal y el lavado de dinero deben asumirse como una decisión de Estado que revierta el déficit fiscal y fortalezca la hacienda pública, así como se combate el narco también que se combata a las empresas fantasma”, señaló Luis Pérez de Acha, rector de Ínstele-iris, plataforma de enseñanza jurídica.
Existen conglomerados de empresas fantasma o hay manipulaciones muy grandes para cometer evasión fiscal, dinero que termina en paraísos fiscales, lo cual se tiene que combatir, recalcó.
“El SAT (Servicio de Administración Tributaria) es un ‘big brother’ fiscal, tiene toda nuestra información, en el momento que se decida a hacer las investigaciones conducentes para proceder penalmente, creo que la efectividad tendría que ser alta”, indicó.
México es un país con una evasión fiscal crítica y desde hace varios años no se ve una política que como decisión de Estado combata ese tipo de empresas y desvío de recursos, lo cual es lascivo para las finanzas públicas, explicó.