Luis Manuel Pérez de Acha considera que la medida contemplada en la Ley de Ingresos de 2013 es, en realidad, un rescate encubierto para evitar la quiebra
Por Georgina Howard
La condonación de los adeudos fiscales a Estados y municipios que el Congreso de la Unión se vio obligado a diseñar en la Ley de Ingresos de la Federación para 2013 fue una medida urgente para evitar una explosión en cadena.
Sobre todo, porque ya arrastran enormes deudas bancarias, contingencias laborales y pasivos por pago de pensiones que han puesto a los municipios en especial en una situación extrema.
Sobre si esta decisión es constitucional, razonable, aceptable u obedece a un interés particular, el doctor por la UNAM, Luis Manuel Pérez de Acha, asegura, en entrevista con Reporte Indigo, que ese no es el tema de fondo.
Se trata, según el experto, de un rescate financiero para evitar la quiebra y no es novedoso: ya hubo condonación de 2008 a 2011, y siguió latente el año pasado.
Los pasivos acumulados corresponden al Impuesto Sobre la Renta (ISR) que los Estados y municipios, en su calidad de patrones, retuvieron a los burócratas, como se hace con todos los trabajadores contribuyentes, y que debieron entregar al Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Estos patrones “especiales” son un mero vehículo recaudatorio que tiene un dinero que no es suyo, sino del fisco, “pero por muchos años no hicieron la retención y la Federación no les exigía el pago”.
Así funcionaron durante décadas hasta que llegó un momento en que la Secretaría de Hacienda trabajó en un proyecto para hacer efectivo el cobro del impuesto, recuerda Pérez de Acha.
Pero la situación se agravó cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró la inconstitucionalidad de ciertas prestaciones exentas al 100 por ciento en el pago del ISR.
Con esta medida, desapareció ese beneficio para los trabajadores, pero su consecuencia es que el ISR retenido creció y, por ende, los adeudos fiscales fueran mayores, agrega el experto en temas fiscales.
La situación se agravó: primero, los Estados y municipios debían pagar esos pasivos, pero no tenían. La solución era hacer una retención efectiva sobre el sueldo de los burócratas, lo que reduciría sus salarios, o pagar mayores sueldos, pero no había fondos, o requerir mayores transferencias federales. “Se hizo toda una revoltura” y, en diciembre de 2007, tras una reforma de la Ley de Coordinación Fiscal, el Congreso autorizó al entonces presidente Felipe Calderón a diseñar un programa de regularización de Estados y municipios, señala Pérez de Acha.
Sin embargo, en diciembre siguiente, Calderón emitió un decreto “no para regularizarlos, sino para condonarles todos los adeudos anteriores a 2005”. Además, se les concedió una condonación parcial para 2009, 2010 y 2011 con descuentos de 60, 30 y 10 por ciento, respectivamente.
Una ganga
Fue una ganga, dice Pérez de Acha, porque, si cumplían con los pagos, les condonarían también los ejercicios de 2006 a 2008 y se entendía que, a partir del 2012, tendrían que pagar las retenciones de ISR al 100 por ciento.
Sin embargo, aclara el especialista, llegó el 31 de diciembre de aquel año “y no habían cumplido con el pago de sus obligaciones fiscales, ni de ese año ni de los anteriores, con todo y la condonación”.
Así las cosas, el Congreso de la Unión tuvo que diseñar un nuevo esquema para condonar todo.
La Ley de Ingresos de la Federación establece que si los Estados y municipios pagan correctamente solo el mes de diciembre, se les condonarán los meses anteriores e incluso los adeudos de años pasados. Pero además, se les da el beneficio de que en 2013 y 2014 tengan una condonación parcial.
Lo que en realidad hace este decreto, explica el experto, es que concede una exención completa a los trabajadores del Estado y restablece la exención que fue declarada inconstitucional por la SCJN.
El ruido mediático que ha generado esta medida se debe a que se suma a todos los pasivos bancarios, de pensiones y contingencias laborales a los que tienen que responder los Estados y municipios.
Tan solo el año pasado las transferencias federales a esas entidades fueron de un billón de pesos, cuando la recaudación total por IVA e ISR fue de 1.3 billones de pesos.
Es decir, “la Federación les transfirió el 80 por ciento de su recaudación total por esos impuestos y además les da una condonación de este tipo”, explica.
Sin duda, resume, esta determinación se agrega a una serie de situaciones irregulares y descompuestas en las finanzas estatales.
“La pregunta es si habrá sido el camino ideal para hacerlo, la condonación significó un rescate financiero cuando las entidades deberían cumplir con la obligación constitucional de llevar en orden su contabilidad”.
Y como no les va a alcanzar la cobija para cubrir este año y el próximo con esos adeudos, 2014 podría ser igual, concluye.